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Mi hijo/a tiene los pies malformados ¿Es normal?

– “Metatarso aducto”

¿Qué es?

Se trata de una malformación congénita del pie a nivel de la articulación tarsometatarsiana (comúnmente denominada articulación de Lisfranc) que afecta a las zonas blandas. Se produce frecuentemente en recién nacidos, en quiénes identificada de forma precoz y tratada correctamente se resuelve en el mayor porcentaje de casos sin necesidad de recurrir a intervenciones quirúrgicas, evitando así complicaciones derivadas de este tipo de actuaciones que alarguen tiempos de recuperación. Afecta de la misma forma en ambos sexos, siendo bilateral en el 50% de los niños. Cuando se produce de forma unilateral, existe una incidencia superior en el pie izquierdo (1-6)

El metatarso aducto se caracteriza por un trastorno de la alineación del antepié, con aducción y supinación en grado variable y que, a menudo, está asociado a un ligero valgo de retropié, aspecto diferenciador del pie equino-varo o pie zambo (6-7) 

METATARSO ADUCTO

¿Cómo se diagnostica? 

El diagnóstico es fundamentalmente clínico, son esenciales una buena anamnesis y un apropiado examen físico. La contribución de las pruebas complementarias es menos esencial; No es necesario efectuar pruebas radiográficas de manera habitual en este tipo de patologías ya que no nos permiten demostrar la movilidad de antepié. Aunque sí puede resultar de utilidad en deformidades avanzadas para valorar su gravedad y la efectividad del tratamiento (8-9)

¿Cómo se clasifica según su gravedad?

“Con el objetivo de aunar criterios de diagnóstico y tratamiento, así como anticipar un pronóstico”, C. Martos Mora et al proponen una clasificación clínico-terapéutica basada en un estudio retrospectivo sobre 87 pacientes con metatarso aducto. Establecieron tres grados de intensidad de la afectación: (5)

  • Grado 1: La deformidad es leve. Aducción del antepié únicamente, no se produce inversión. El pie puede realizar la abducción de forma pasiva o mediante estimulación de la musculatura peronea.
  • Grado 2: La deformidad es semirrígida. Aducción e inversión del antepié. Destaca cierta convexidad del borde externo, concavidad del borde interno, arco longitudinal normal y quinto metatarsiano prominente y palpable.
  • Grado 3: La deformidad es más estructurada y se adquiere una forma ‘arriñonada’, presentando surcos oblicuos en la región media del pie y aumento del arco longitudinal interno. A diferencia de los grados 1 y 2, en este estadio la corrección pasiva del antepié no es posible. (2) (4-5)

¿Cómo se trata?

En los casos más leves se resuelve de forma espontánea y en los restantes, si no es corregido, el niño tendrá una marcha molesta con desviación interna de los dedos del pie favoreciendo así las caídas y a la larga el desarrollo de hallux valgus por ajuste anómalo del calzado (6-7)

Si no se resuelve espontáneamente en las primeras semanas de vida, se lleva a cabo el tratamiento conservador que incluye: yesos, almohadillas de hipercorrección curvadas, férulas o vendajes.  El tiempo de corrección dependerá de la gravedad, es cierto que debe la deformidad debe corregir antes de que el niño comience a caminar. Si el tratamiento conservador fracasa, o si el niño tiene más de 4 años en el momento del diagnóstico, se debe proponer una corrección quirúrgica. La técnica preferida parece ser una osteotomía en cuña de apertura del primer cuneiforme utilizando un injerto óseo, en combinación con una osteotomía en cuña de cierre en la base del segundo al quinto metatarsiano (4)  (10-11)

La opinión generalizada es que son necesarios los yesos seriados similares a los usados en el pie zambo, cambiando cada 7 a 14 días durante 1-3 meses (12-13). Según la experiencia de C.Martos-Mora et al (5), se puede obtener una corrección prácticamente completa con la colocación de vendajes diarios en una media de apenas 15 días, empleando posteriormente una férula de mantenimiento para evitar la tendencia natural del pie a volver a su posición primitiva. Las ventajas del vendaje y férula incluirían, además de la reducción del período de tratamiento, la facilidad con que se lleva a cabo la higiene del niño y la posibilidad de la manipulación diaria del pie. En los casos más estructurados, se propone mantener la corrección mediante el uso de botas de horma recta hasta los 18 meses (14)

Resaltar que el método de vendajes funcionales correctores presenta una gran efectividad en la corrección del pie metatarso aducto. E. Utrilla Rodríguez et al realizaron un estudio retrospectivo de 94 niños nacidos con esta deformidad y tratados con dicho método, un 68,1% logró la corrección (4) Es recomendable en casos de metatarso aducto flexible vigilar las posturas de los niños al sentarse/dormir ya que pueden forzar el pie en posición de aducción prolongada y esto no ayuda a su corrección. (15)

En resumen, el tratamiento dependerá del grado de afectación del paciente, siendo favorable cuándo el pie es más flexible, dentro del primer año. En ocasiones la deformidad es evidente al nacer, aunque en la mayoría, no se detecta hasta pasadas semanas o meses. El pie metatarso aducto es motivo frecuente de consulta asociado a una angustia familiar considerable, tiene buen pronóstico. El diagnóstico precoz resulta indispensable para un manejo y evolución adecuado. (1-4)

Bibliografía

  1. Fishco W, Ellis M, Cornwall M. Influence of a Metatarsus Adductus Foot Type on Plantar Pressures During Walking in Adults Using a Pedobarograph. The Journal of Foot and Ankle Surgery. 2015;54(3):449-453
  2. Williams C, James A, Tran T. Metatarsus adductus: Development of a non-surgical treatment pathway. Journal of Paediatrics and Child Health. 2013;49(9):E428-E433
  3. Winell JJ, Davidson RS. The foot and toes. In: Kliegman RM, Stanton BF, St. Geme JW, Schor NF, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 20th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2016: 674.
  4. Utrilla Rodríguez E, Guerrero Martínez-Cañavete M, Albornoz Cabello M, Munuera P. Tratamiento del pie metatarso aducto con el método de vendajes funcionales correctores: estudio retrospectivo. Fisioterapia. 2016;38(5):229-234
  5. Martos-Mora C, Gentil-Fernández J, Conejero-Casares J, Ramos-Moreno R. Metatarso aducto congénito: clasificación clínica y actitud terapéutica. Rehabilitación. 2012;46(2):127-134
  6. Gómez MP, García JM. Enfoque terapéutico del metatarso aducto congénito. Medicina de Rehabilitación. 2000;13(3):29-31
  7. Esteo I, Méndez LI, Gómez A, Muñoz Y, Díaz S, Devolx A, et al. Metatarso varo: ¿yesos o botas correctoras? Rev And Traum Ort. 2001;21(1):33-39
  8. Reina M, Lafuente G, Trujillo P, Ojeda A, Munuera PV, Domínguez G. Metatarsus adductus: revisión y propuesta de tratamiento. Rev Esp Podol. 2006;17(1):18-23
  9. Turner WA, Merriman ML, editores. Habilidades clínicas para el tratamiento del pie. Madrid: Elsevier; 2007
  10. JE Herzenberg, RD Burghardt. Metatarsus aductus resistente: ensayo prospectivo aleatorizado de yeso versus ortesis. J Orthop Sci , 19 ( 2014 ) , págs. 250 – 256
  11. L. Feng , M. Sussman. Osteotomía cuneiforme medial combinada y osteotomías metatarsianas múltiples para la corrección del metatarso aducto persistente en niños. J Pediatr Orthop , 36 ( 2016 ) , págs. 730 – 735
  12. Jackson JF, Stricker SJ. Pediatric foot notes: a review of common congenital foot deformities. International Pediatrics.2003;18:133-40. —–2
  13. Sass P, Hassan G. Lower extremity abnormalities in children. Am Fam Physician. 2003;68:461-8. —12
  14. Calzadilla Moreira V, Castillo García I, Blanco Estrada J, González, Martínez E. Desviaciones torsionales de los miembros inferiores en ni˜nos y adolescentes. Rev Cubana Med Gen Integr.2002;5:355-61.
  15. Iglesias L, Vallejo B, Crespo S, Fuentes S. Mala postura al sentarse y deformidad del metatarsu aducto. J.Am. Podiatr. Med. Assoc. 2009;99:174-7.

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