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La marcha de puntillas y el trastorno de espectro autista

La marcha de puntillas es una actividad compleja que requiere considerar gran cantidad de información tanto del medio ambiente como relativas al propio cuerpo, se trata de información que se encuentra en continuo cambio.

En los niños, los sistemas motor y perceptivo se desarrollan independientemente a través de la exploración, así estructuras centrales y periféricas implicadas en el control motor experimentan un progresivo desarrollo y una integración funcional que da lugar a comportamientos cada vez más complejos y coordinados. (1)

Pies de puntillas

La alteración de uno de estos sistemas o de ambos y la consecuente formación deficitaria del esquema corporal podrían resultar factores limitantes para el desarrollo de un patrón de marcha correcto y adaptable (2). Por este motivo, es imprescindible llevar a cabo en la valoración infantil una serie exploraciones que permitan conocer en cada niño el desarrollo de las diferentes habilidades perceptivas, cognitivas y motoras, ligadas al proceso de maduración progresiva del sistema nervioso central. (3)

Se han realizado estudios que relacionan a niños que presentan alteraciones del control motor, espasticidad, visuopercepción y/o lenguaje con un patrón de marcha bastante frecuente en población infantil, marcha de puntillas. (4)(5)

Los niños que caminan de puntillas son aquellos que desde el inicio de la marcha caminan habitualmente sin apoyo de talón, sin embargo, si se les pide o se concentran en su marcha son capaces de realizar una marcha con choque inicial de talón. Normalmente estos niños pueden estar en bipedestación con los dos pies completamente apoyados cuando no están caminando (6-11)

La asociación de este tipo de marcha con alteraciones en el desarrollo infantil ha sido descrita por varios autores. Requiere una valoración exhaustiva de los problemas del neurodesarrollo, (8-9) (12-14)

Se ha considerado normal que un niño camine de puntillas durante los 2-3 primeros meses tras el inicio de la marcha. (7) (15) Se comienza a considerar anormal a partir de los 2 años (7) (9) (16) y, en todos los casos, después de los 3 años(17) , cuando el niño debe ser evaluado cuidadosamente, pues a esta edad ya estaría en disposición de adquirir una marcha madura por haber alcanzado el desarrollo necesario a nivel neurológico y biomecánico, psicológico y ambiental (15)

Este tipo de marcha es más frecuente en niños que en niñas, en una proporción que oscila entre el 50 y el 80%(7) (12-14) (16) (18)

Si no existen antecedentes que puedan sugerir daños neurológicos lo más probable es que se trate de etiología idiopática y la evolución sea satisfactoria sin tratamiento. La primera revisión debe ser llevada a cabo por el pediatra y su evaluación y tratamiento dependerá principalmente de los hallazgos o signos de alarma que puedan aparecer en historia clínica y/o exploración. (19)

El autismo es una alteración del desarrollo neurológico caracterizado por dificultades de aparición temprana, afectando a 1 de cada 68 niños. Más del 70 % de la población con Trastorno de Espectro Autista (TEA) presenta algún tipo de afección médica, psiquiátrica, del desarrollo o motora. (19)

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno complejo del neurodesarrollo. Se caracteriza por la existencia de dificultad en la socialización con intereses circunscritos y tendencia a las rutinas. Afecta a la manera de comunicarse y a la interacción con otras personas. La sintomatología del autismo se manifiesta con más claridad entre los dos y los tres años de vida.

Los niños más tardíos en el diagnóstico de TEA muestran mayores retrasos de los hitos motores, lo que conlleva a asimetrías posturales y alteraciones de la marcha. Estas alteraciones de la deambulación se producen con el fin de lograr una mayor estabilidad para contrarrestar las alteraciones del equilibrio y de la propiocepción que presentan. Una de las variaciones consiste en la marcha de puntillas. La marcha en puntillas se encuentra presente en un 15-45 % de los niños con TEA; la etiología de esta alteración está relacionada con la desregulación de los reflejos infantiles, si estos no se desarrollan con naturalidad provocarán alteraciones del sistema vestibular y visual; ambos problemas generan cambios posturales y de la marcha. La prevalencia de la torsión tibial externa en niños con TEA es de 32.9 %, lo cual aumenta el riesgo de aparición de marcha de puntillas. (19)

Soto Insuga et al. describen la frecuencia de la marcha de puntillas idiopática (marcha equina) —una alteración que impide al niño realizar una marcha con apoyo del talón– – en niños y niñas con diagnóstico de TDAH y exploración neurológica normal. Para ello, han utilizado una muestra de 312 pacientes con TDAH seleccionados en las consultas de neuropediatría de un hospital universitario. Los autores describen en su entorno una prevalencia de marcha de puntillas idiopática del 20,8% (65/312) además de otros trastornos asociados al TDAH (p. ej. trastornos del lenguaje [33%], tics [15%], trastorno oposicionista-desafiante [15%]). (20)

Bibliografía

  1. Zwart, R., Ledebt, A., Fong, B. F., De Vries, H. y Savelsbergh, G. J. P. 2005. Theaffordance of gap crossing in toddlers. Infant Behavior & Development.2005;28:145- 154.
  2. Metcalfe, J. S. y Clark, J. E. Sensory information affords exploration of posture innewly walking infants and toddlers. Infant Behavior & Development.2000; 23:391- 405
  3. Portellano, J. A. (2007). Neuropsicología infantil. Madrid: Síntesis
  4. Shulman LH, Sala DS, Chu MLY, McCaul PR, Sandler BJ. Developmental implications of idiopathic toe walking. J Pediatr. 1997;4:541—6
  5. Futagi Y, Toribe Y, Ueda H, Suzuki Y. Neurodevelopmental outcome of childrenwith idiopathic toe-walking. No To Hattatsu. 2001;33:511—6
  6. Sala DA, Shulman LH, Kennedy RF, Grant AD, Chu ML. Idiopathic toe-walking:Areview. Dev Med Child Neurol. 1999;41:846—8
  7. Fox A, Deakin S, Pettigrew G, Paton R. Serial casting in the treatment of idiopathic toe-walkers and review of the literature. Acta Orthop Belg. 2006;72:722—30.
  8. Fragnière B, Garoflid N, Dutoit M. Mon enfant marche sur la pointe des pieds.RevMed Suisse Romande. 2000;120:811—4.
  9. Stricker SJ. Evaluation and treatment of the child with tiptoe gait. Int Pediatr. 2006;21:91—8.
  10. Brunt D, Woo R, Kim HD, Ko MS, Senesac C, Li S. Effect of botulinumtoxintype A on gait of children who are idiopathic toe-walkers. J Surg Orthop Adv. 2004;13:149—55.
  11. Westberry DE, Davids JR, Davis RB, de Morais MC. Idiopathic toe walking: Akinematic and kinetic profile. J Pediatr Orthop. 2008;28:352—8.
  12. Stott NS, Walt SE, Lobb GA, Reynolds N, Nicol RO. Treatment for idiopathictoe-walking: Results at skeletal maturity. J Pediatr Orthop. 2004;24:63—9.
  13. Eastwood DM, Menelaus MB, Dickens DR, Broughton NS, Cole WG. Idiopathictoe-walking: Does treatment alter the natural history? J Pediatr OrthopB. 2000;9:47—9.
  14. Hirsch G, Wagner B. The natural history of idiopathic toewalking: Along-termfollow-up of fourteen conservatively treated children. Acta Paediatr. 2004;93:196—9
  15. Pascual R, López P, Alonso C. Marcha infantil. Rev Esp Podol. 2001;XII(2):89- 96.
  16. Stricker S, Angulo J. Idiopathic toe walking: a comparison of treatment methods. J Pediatr Orthop. 1998;18:289-93
  17. Tidwell M. The Child with Tip-Toe Gait. Int Pediatr. 1999;14(4):235-8.
  18. Taussig G, Delouvée E. La marche en équin idiopathique de l’enfant. Diagnosticet évolution spontanée. Ann Readapt Med Phys. 2001;44:333-9.
  19. Blanca García Podadera1 , Paula Gil Pinzón1 , David Hurtado Bermúdez1 , Joaquín Páez Moguer.Búsqueda bibliográfica: relación entre el autismo y la marcha en puntillas en niños. revista española de podología.2020;31(1)
  20. Soto Insuga V, Moreno Vinués B, Losada del Pozo R, Rodrigo Moreno M, Martínez González M, Cutillas Ruiz R, et al. ¿Caminan de manera diferente los niños con TDAH? Relación entre marcha de puntillas idiopática y TDAH. An Pediatr. 2017. Disponible en: http://doi.org/10.1016/j.anpedi.2017.01.010

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