Mi nombre es Ana Díaz Lara. En 2008 obtuve la Diplomatura de Fisioterapia por la Universidad de Extremadura y más tarde, en 2014, decidí completar mi formación en la Universidad de Salamanca para obtener mi título de Grado. Durante ese tiempo, compaginé mi trabajo como fisioterapeuta con mis estudios en la Escuela de Osteopatía de Madrid (EOM), donde me gradué con el título de CO en Osteopatía en 2014.
ESPAÑA
Entrevista
Por razones personales, en 2016 me trasladé a EEUU, donde me enfrenté a enormes dificultades para poder convalidar mi educación sanitaria y trabajar como fisioterapeuta. A mi llegada a EEUU, mi nivel de inglés era limitado, por lo que decidí asistir a un programa de inmersión al inglés en la Universidad de Memphis. En paralelo a mi trabajo como traductora en un instituto de educación secundaria, fui informándome de los requisitos necesarios para la convalidación de mi título. En 2017, y viendo que el proceso de convalidación iba a requerir mucho tiempo y gastos económicos, decidí estudiar un Máster en Educación en Union University que me prepararía para trabajar como profesora de secundaria, y así compensar los gastos necesarios para mi licencia en fisioterapia. Estuve trabajando como profesora de español durante 2 años y medio, a la vez que estudiaba para obtener todos los créditos que me faltaban. No fue hasta en 2019, cuando reuní todos los duros requisitos y pude presentarme al examen nacional de fisioterapia; el cual me abrió las puertas para empezar a desarrollar mi carrera en EEUU.
1. ¿Cómo es el papel del fisioterapeuta en EEUU, en general? ¿Qué competencias tiene?
En EEUU, el fisioterapeuta forma parte de un equipo multidisciplinar, independientemente del tipo de trabajo o lugar donde este se desempeñe. El departamento de rehabilitación en la mayoría de las instituciones, exceptuando pequeñas clínicas, está compuesto por fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas.
Cuando una persona ha tenido una enfermedad, lesión o simplemente un cambio en su estado de salud, normalmente, el médico decide prescribir estas tres terapias. Una vez eso ha ocurrido, las diferentes profesiones evalúan al paciente y deciden qué tipo de tratamiento va a recibir esa persona, y cuánto va a ser la duración del mismo. Por ejemplo, una persona que ha tenido un trasplante hepático experimenta una pérdida de su movilidad funcional y como consecuencia, un deterioro en el desempeño de sus actividades de la vida diaria. Así, esa persona recibirá tratamiento hasta que sus capacidades de realizar su vida o trabajo se restauren.
Desafortunadamente, la capacidad de diagnóstico del fisioterapeuta en EEUU es limitada. En el momento que el paciente acude a los servicios de fisioterapia, dispone de numerosas pruebas diagnósticas que determinan la enfermedad o lesión del paciente. Esto ocurre debido a la privatización de la sanidad. Cuando el seguro privado del paciente es responsable de los gastos médicos, las instituciones hospitalarias no escatiman en pruebas diagnósticas, realizando así todas las necesarias para contribuir a la pronta recuperación del paciente.
2. ¿Qué patologías soléis encontrar en vuestra consulta?
Al igual que en España, las patologías dependen del tipo de instituciones en las que se trabaje. Si trabajas en clínica, el paciente presenta patologías de carácter más crónico, o que han pasado por un tratamiento fisioterápico previamente. Entre ellas, se encuentra dolores lumbares, cervicales, esguinces, recuperación post aguda de cirugías, etc.
En mi caso, yo trabajo en un hospital, al cual llegan pacientes en un estado agudo o subagudo. Las patologías más frecuentes son problemas cardiovasculares, respiratorios, y postoperatorios en traumatología. Entre los pacientes que tratamos, encontramos muchos accidentes cerebrovasculares, pacientes post-COVID, cirugías de rodilla o cadera y pacientes con heridas de bala.
3. ¿Alguna recomendación que mejore la prevención en lesiones de niños cuando alcanzan la edad adulta?
Desgraciadamente, las enfermedades cardiovasculares en el adulto están a la orden del día, siendo la mayoría de ellas fruto de la suma de un estilo de vida poco saludable y la falta de educación sanitaria. Por eso, es importante educar a los niños y padres en la importancia de una buena alimentación y desarrollo de actividad física. Estos hábitos aparecen desde los primeros meses de vida y se van consolidando a lo largo de la infancia y la adolescencia. No menos importante es que los padres sean conscientes de la importancia de la detección precoz de problemas de desarrollo o predisposición a ciertas enfermedades, y esto se consigue acudiendo a las revisiones sistemáticas.
El fisioterapeuta pediátrico tiene los conocimientos necesarios para tratar problemas del desarrollo del niño, y/o derivarlos al profesional correspondiente. Pero no sólo la población que presenta una patología puede acudir al fisioterapeuta, ya que una de las funciones primordiales de la fisioterapia pediátrica es la prevención y seguimiento de bebes, niños y adolescentes para facilitar un desarrollo adecuado y prevención de enfermedades que repercutirán en su vida adulta.
4. ¿Alguna recomendación de lectura para padres o personal sanitario en la materia en base a su experiencia como profesional de la salud?
Para profesionales de la salud recomiendo cualquiera de biomecánica, embriología u osteopatía craneal. Uno de los clásicos es “Cranial Osteopathy: Principles and Practice” de Torsten Liem. Por otro lado, creo que la nutrición y genética desempeña un papel muy importante en el desarrollo de enfermedades. José María Ordovás habla mucho sobre esto en “La nueva ciencia del bienestar”. Para padres, “El cerebro del niño explicado a los padres” de Álvaro Bilbao, o “El gran libro de Lucía, mi pediatra” de Lucía Galán Bertrand.


